Cóndor Andino

Vultur gryphus

Longitud total 1300 mm. Sexos poco diferentes. Macho: pico con la mitad apical córneo blanquecino, la mitad basal está cubierta por una piel de color negruzco; iris pardo amarillento; cabeza y parte desnuda del cuello rosado amarillento; luce una gran cresta carnosa sobre la base del pico y la frente, de color pardo, y arrugas cutáneas ornamentales en ambos lados de la cabeza; en la garganta posee una papada grande y desnuda.

Por debajo el cuello es desnudo, prolongándose la falta de plumas hasta la parte superior del pecho; cerca de la base del cuello, siempre en su zona desnuda, tiene un pliegue cutáneo en forma de tetilla.

En la parte superior de la porción emplumada del cuello luce un ancho collar blanco de plumón; resto del cuello, partes dorsales, escapulares, rabadilla, supracaudales y timoneras, negro; las escapulares mayores y las rectrices más externas de ambos lados poseen una angosta banda longitudinal blanca. Pecho, flancos, abdomen e infracaudales, negro. Las alas, en su vista ventral, son negras; en su vista dorsal presentan las cobertoras menores y medianas negras, las medianas más largas son blanco plateado, al igual que las mayores, las más distales presentan una base negra que se extiende en forma de banda longitudinal en el margen de las externas; secundarias, blanco plateado con banda terminal negra y margen externo negro que se va ampliando en las más distales; primarias negras. Patas negras, generalmente cubiertas por una capa de restos de excremento alcalino, lo que le da aspecto blanquecino.

Hembra: plumaje similar al macho, tamaño menor que éste, no posee cresta en la cabeza, que es de color gris; el iris es rojo. Los jóvenes tienen la cabeza y el cuello cubiertos por plumón gris; el collar es gris y el resto del plumaje pardo ocráceo, excepto en las remeras y las rectrices, que son pardo oscuro; los machos jóvenes lucen la cresta carnosa distintiva desde su más temprana edad. Se reconoce al Cóndor Andino en especial por su gran tamaño, su coloración negra y blanca y su cabeza calva; sus enormes alas están entre las de mayor superficie de sustentación de todas las aves voladoras vivientes actuales. De vuelo planeado y majestuoso, domina en forma admirable las corrientes térmicas para llegar a grandes alturas, describiendo amplios círculos con las alas inmóviles; visto desde abajo, su oscura silueta, en la que resaltan su blanco collar y las remiges primarias muy separadas con la punta curvada hacia arriba, ayuda a su identificación.

En cambio, cuando se tiene la oportunidad de observarlo pasar volando a poca distancia y ofreciendo a la vista su parte dorsal, se destaca la gran superficie blanca de sus secundarias; cuando gira llama la atención el movimiento de sus largas primarias y de su cola. Su desplazamiento por el aire produce un fuerte zumbido. Andan en parejas o grupos, cuyo número varía según las circunstancias y puede componerse de 10 a 20 o hasta 70 individuos; por regla general las concentraciones más numerosas se pueden encontrar en sus lugares habituales de reposo o en los festines alrededor de los restos de algún animal grande. Si observan los despojos de una vaca, caballo, guanaco u oveja, pueden esperar varios días hasta decidirse a bajar a comer, lo hacen solamente cuando en los alrededores no observan ningún peligro; si son sorprendidos mientras comen se alejan lo antes posible. Para despegar deben carretear un trecho, si comieron en exceso y se encuentran en una planicie tratan de correr rápidamente a algún promontorio desde donde echar a volar; muy exigidos, recurren enseguida a aliviar su buche regurgitando lo ingerido. Las buitreras, nombre con el que se conocen sus lugares de cría y reposo, se destacan en los paredones rocosos inaccesibles, por hallarse manchadas por abundante excremento blanco. No es raro que al recorrer las cumbres de los cerros, y aun sin tener a la vista ningún individuo, aparezca sorpresivamente gran número de ellos en pocos minutos, atraídos por algún ruido; como saliendo de la nada, se acercan, curiosos, describiendo círculos alrededor de lo que les llama la atención, los jóvenes llegan a pasar a muy corta distancia. Nidifica en cuevas situadas en los paredones rocosos inaccesibles, pone un solo huevo de color blanco. Los pichones nacen cubiertos por un plumón pardo grisáceo; los padres, imposibilitados de transportar la comida con las patas por carecer de garras, lo hacen en el buche, alimentando a los pichones por regurgitación con comida predigerida. Los pichones deben permanecer muchos meses en el nido, hasta tener la capacidad de volar; los jóvenes tardan varios años en tener su plumaje definitivo de adulto, al que llegan en forma paulatina.

Todavía bastante común, su distribución abarca toda la cordillera de los Andes, desde Venezuela y Colombia hasta Tierra del Fuego; se encuentra también en las zonas preandinas, y en el Perú visita regularmente islas marinas pobladas por colonias de Cormorán Guanay (Phalacrocorax bougainvilli); en las sierras altas de la provincia de Córdoba vive una población estable. En la Patagonia se lo puede observar desde Neuquén hasta Tierra del Fuego, su hábitat se ubica en los cerros altos, pero es más común y fácil de ver en la precordillera; en el sur de esta región se desplaza hasta las costas marinas.

Fuente: Manual ilustrado de Aves de la Patagonia
Gentileza Familia Kovacs

Familia: Vultur gryphus

Nombre común: Cóndor Andino

Nombre científico: Vultur gryphus

Distribución Geográfica

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