La Patagonia argentina, también llamada región patagónica, es una de las regiones geográficas de la Argentina, que comprende la parte de la Patagonia que abarca este país. La misma reúne un conjunto de provincias y aspectos naturales únicos en el mundo. La región también es llamada simplemente sur y es la más grande de todas en Argentina. Las ciudades más importantes son: Neuquén en el Alto Valle, Comodoro Rivadavia sobre el mar y San Carlos de Bariloche en la zona cordillerana.
BOSQUES SECOS
El sotobosque varía notablemente en su constitución: suele ser denso donde hay más humedad y los suelos son más profundos. Allí abundan las especies de Berberis (calafates y michayes), la laura (Schinus patagonicus), el maqui (Aristotelia chilensis), las chilcas (Baccharis spp.) y la caña colihue (Chusquea culeou).
En sitios más secos y en suelos menos profundos hay más diversidad de arbustos bajos y de hierbas.
BOSQUES DE GRAN ALTITUD
Con la altitud, ambas especies adoptan forma achaparrada (arbustiva), llegando a hacerse rastreras en planicies con alta deposición de nieve. En el sotobosque son comunes los calafates y el michay de la lenga (Berberis serrato-dentata), entre otras especies arbustivas. Por debajo de los 1400 m de altitud también suele ser muy densa la cobertura de caña colihue (Chusquea culeou). A mayor altitud, el amancay (Alstroemeria aurea) contribuye notablemente a la vegetación herbácea de estos bosques.
BOSQUE HÚMEDO (SELVA)
Todas ellas son de hojas perennes y tienen características similares a las de especies tropicales. También son muy comunes en este tipo de comunidad las especies trepadoras (varias de ellas con flores rojas), los helechos y los musgos. Abunda la materia orgánica en descomposición, aunque lo sombrío del bosque determina que las especies herbáceas no proliferen.
MATORRAL ECOTONAL
Estos matorrales se encuentran muy alterados por actividades antrópicas (tala, ganado, etc.) con lo cual las plantas de mayor tamaño se encuentran cada vez más dispersas, dándose condiciones adecuadas para el establecimiento de arbustos rastreros (como el mosaiquillo, Baccharis magellanica), subarbustos (Senecio spp. y Acaena spp.) e hierbas de variadas especies, así como de arbustos invasores como la mosqueta (Rosa rubiginosa).
ESTEPA ARBUSTIVA
A diferencia de las comunidades vegetales desarrolladas bajo mejores condiciones ambientales, en la estepa arbustiva son frecuentes las hierbas anuales, que prosperan al reparo de los arbustos y subarbustos. Dada la fuerza de los vientos, el suelo arenoso a rocoso y las bajas precipitaciones, las especies invasoras difícilmente ingresan en la estepa arbustiva, aunque el ganado contribuye a diseminar la rosa mosqueta (Rosa rubiginosa).
ESTEPA HERBÁCEA
Los arbustos y subarbustos son menos abundantes, aunque a veces los charcaos no palatables (Senecio filaginoides) proliferan en sitios degradados. También es posible encontrar en estos sitios hierbas anuales demasiado pequeñas para servir de alimentación a los herbívoros grandes.
MALLINES Y TURBERAS
Además, las turberas, gracias a que disponen de aportes de agua permanentes (en general directo desde las altas cumbres) varían menos a lo largo del año en cuanto a su nivel de agua. Las especies leñosas que habitan en estas comunidades presentan poco desarrollo y muchas de ellas son especies rastreras. Los mallines de la estepa suelen encontrarse bajo presión por parte del ganado en épocas de sequía, por lo cual se produce el ingreso de plantas exóticas, como tréboles (Trifolium repens) y diente de león (Taraxacum officinale) en esos ambientes.
ESTEPA ALTOANDINA
Por ello, muchas de las plantas altoandinas completan sus ciclos de desarrollo anuales en pocas semanas y suelen crecer con gran lentitud. A pesar de estas condiciones, hay gran diversidad de especies que habitan las altas cumbres y, según la montaña de que se trate, las especies principales varían. Son características de estos ambientes los arbustos compactos conocidos como llaretas (Azorella spp., Bolax spp.), las chauras enanas (Gaultheria spp.), las violetas columnares (Viola spp.) y varias especies de Senecio.
Javier Puntieri, INIBIOMA, CONICET, Universidad Nacional de Río Negro.
jgpuntieri@gmail.com